
El Señor fue claro cuando habló “si Colombia adora, Colombia se salva”. Para que esto suceda una de las cosas que como nación y desde la Iglesia debemos erradicar es la queja, ya que la queja nos lleva a la mentira, a la exageración y a la victimización de nuestra situación.
La Palabra es clara con respecto al hablar y nos muestra cómo la adoración y la queja no pueden salir de la misma fuente, es por eso que como Iglesia nos levantamos no solamente contra la queja, sino contra el hábito que esta genera: enfocar nuestra visión en aquello que nos falta, lo que también nos hace restarle importancia a presentarnos delante de Dios en acción de gracias por los beneficios que hemos recibido en nuestras vidas.
La queja va en contra de toda Palabra de esperanza que el Señor ha puesto sobre nosotros, sobre nuestras vidas y sobre la nación, y es precisamente la esperanza una de las herramientas más poderosas que tenemos para alimentar nuestra Fe en lo que el Señor ha hablado para Colombia.
Por eso oramos cortando todo hábito de queja que haya en nosotros, toda palabra que nos una a la queja, no solamente con respecto a Dios, sino también en nuestras relaciones interpersonales.
El Señor nos habla que nos gocemos en las pruebas y que si queremos sabiduría la podemos pedir, por eso hoy en el Nombre de Jesucristo clamamos por sabiduría de lo Alto, para que nuestras palabras sean certeras y de vida, y no palabras de queja o de desesperanza, palabras que nos lleven a la mentira, sino que sean palabras que en la adoración y en acción de gracias nos acerquen a la Verdad que es Cristo.
Jacobo 1:2-6 Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro.
Salmos 100:4 Entren por sus puertas con acción de gracias; vayan a sus atrios con alabanza. Denle gracias y alaben su nombre.
Isaías 29:22-24: Por eso el SEÑOR, quien redimió a Abraham, dice al pueblo de Israel: «Mi pueblo ya no será avergonzado, ni palidecerá de temor. Pues cuando vean a sus numerosos hijos y todas las bendiciones que yo les he dado, reconocerán la santidad del Santo de Jacob; quedarán asombrados ante el Dios de Israel. Entonces los descarriados adquirirán entendimiento, y los que se quejan de todo aceptarán la instrucción.
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Iglesia Cristiana en Barranquilla, Casa de Fe y Obediencia.