Declaramos que el Espíritu de Cristo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios y herederos. Y ese testimonio se amplifica desde cielo hacia la tierra y desde el corazón en los hijos se suelta en las calles, las plazas, las universidades, las ciudades, pueblos, los campos, las montañas y valles, en los ríos y en los mares, en la llanura y el desierto, en las selvas y en las islas. En todo el territorio y a todos los moradores de nuestra nación llega el testimonio de Cristo y se escucha “Abba Padre, te pertenezco” y la Voz del Padre dice “Colombia me perteneces, Yo Soy tu Padre, Yo Soy el que te está redimiendo, Yo Soy tu Redentor, tu Sanador, tu Libertador, tu Restaurador, Yo Soy el Árbol de la Vida y mis hojas traen sanidad sobre ti. Yo Soy todo y Soy en todo. Yo Soy el Vencedor y estoy muy por encima de todo principado y potestad y poder y señorío y de todo nombre. Todas las cosas están sometidas bajo mis pies y la inmensurable grandeza de Mi poder está energizando a todos los que creen en mi desatando la potencia de mi resurrección sobre tu tierra y generaciones”.
Romanos 8: 15-17. Porque no recibisteis un espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor; sino que recibisteis el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu que somos hijos de DIOS. Y si hijos, también herederos: por una parte, herederos de DIOS, y por la otra, coherederos con CRISTO, ya que juntamente padecemos para que juntamente seamos glorificados.
Efesios 1:16-23 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención en mis oraciones, para que el DIOS de nuestro Señor JESUCRISTO, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento pleno de Él, habiendo iluminado los ojos del corazón para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento y cuál la riqueza de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, conforme a la energía de su poderosa fuerza, la cual energizó a CRISTO al levantarlo de los muertos y sentarlo a su diestra en los celestiales, muy por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y de todo nombre que se nombra, no sólo en esta edad, sino también en la venidera, y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que está completando todas las cosas en todos.
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Iglesia Cristiana en Barranquilla, Casa de Fe y Obediencia.
